El legado de Martin Luther King
El cristiano más importante del siglo XX es sin duda Martin Luther King. Conocer su legado para nuestra generación resulta más importante de lo que normalmente pensaríamos.
King fue el hijo de un pastor bautista y que siguiendo sus pasos estudió teología y se convirtió también en 1954 en el pastor de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. No obstante, más que seguir los pasos de su padre, al parecer su ministerio fue providencial. Su carisma, su carácter, su trabajo, su firmeza y su compromiso total con Dios y la comunidad daban muestras que Luther fue destinado al ministerio pastoral.
King no era uno de esos pastores que se encerraban en la iglesia a predicar los domingos. No era de los que se preocupaban por preparar el mejor sermón y superarse a sí mismo con el sermón del domingo anterior. Este pastor era fuera de serie, una especie de hombre “mesiánico”. Alguien que encendió la esperanza de toda la comunidad negra de Estados Unidos.
Le tocó vivir un momento histórico bastante difícil para las personas de color. La comunidad negra no podía comer, caminar, bañarse… en los mismos lugares que lo hacían los blancos, si lo hacían era “delito”. Y lo más brutal, no podían ni sentarse en los autobuses si un blanco iba ahí.
Martin logró entender su momento histórico, pero más que eso logró comprender qué debía hacer él como cristiano en ese momento histórico. Y eso es en primer lugar algo que deberíamos aprender para nosotros en el aquí y ahora. Nuestra lucha ya no es contra el racismo, pero sí contra otras cosas como el machismo -incluso el machismo religioso-, los diferentes tipos de violencia -sobre todo la violencia que se genera desde las pandillas juveniles-, el gran abismo que hay entre ricos y pobres -que cada vez es mayor, y mientras los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres-… en fin, tantos otros problemas actuales.
Lo importante es que como él, nosotros también aprendamos a leer los tiempos que nos ha tocado vivir, pero más importante aún que aprendamos a discernir cuál es nuestro rol como cristianos en medio de estos problemas sociales.
King fue de alguna manera influenciado por el legado de Mahatma Ghandi quien inspiraba la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, y también fue motivado en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau, que lo llevó a salirse de las cuatro paredes de su iglesia local y promover marchas masivas- hasta de doscientas cincuenta mil personas- que exigían la igualdad entre negros y blancos. Exigían una política contra el segregacionismo en las escuelas y el problema del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
A través de esto Martin nos enseñó que servir a Dios no es solo adentro de la iglesia local, es servir afuera, allá donde la gente necesita esperanza. Y algo que es importante notar es que King no estaba luchando ni organizando marchas, ni pronunciándose solo a favor de los negros cristianos, él luchaba por la igualdad de los seres humanos que fueran creyentes y no creyentes. Y a eso nos ha llamado Dios, a luchar para que se respeten los derechos de las personas sean creyentes o no. Sean santos o pecadores. Sean fieles a la sana doctrina o sean herejes.
Por último, es de mencionar que constantemente King era objeto de amenazas de muerte, y que finalmente todas esas amenazas se hicieron realidad cuando, según historiadores, fue asesinado por James Earl Ray el 4 de abrl de 1968. No obstante a esas amenazas, él siguió sin parar en su lucha por la justicia.
Y como es lógico, todo aquel que se mete al ring de las luchas sociales se enfrentará a la misma muerte, King fue derrotado por la muerte, pero su legado y su lucha por la justicia ganaron por “Knock out”. Como cristianos es muy probable que al lanzarnos también al ring seamos perseguidos e incluso en el peor de los casos hasta asesinados, pero eso es algo que ya no importa cuando estamos comprometidos con la justicia.
Jesús dijo: “Bienaveturados cuando sean perseguidos por causa de la justicia… así fueron perseguidos y asesinados los profetas que los antecedieron a ustedes…”
Martin Luther King nos ha dejado un gran legado que no podemos ignorar. Hay que retomarlo desde nuestro momento histórico y traer la esperanza del Reino de Dios a nuestros pueblos que sufren de muchas injusticias.
King fue el hijo de un pastor bautista y que siguiendo sus pasos estudió teología y se convirtió también en 1954 en el pastor de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. No obstante, más que seguir los pasos de su padre, al parecer su ministerio fue providencial. Su carisma, su carácter, su trabajo, su firmeza y su compromiso total con Dios y la comunidad daban muestras que Luther fue destinado al ministerio pastoral.
King no era uno de esos pastores que se encerraban en la iglesia a predicar los domingos. No era de los que se preocupaban por preparar el mejor sermón y superarse a sí mismo con el sermón del domingo anterior. Este pastor era fuera de serie, una especie de hombre “mesiánico”. Alguien que encendió la esperanza de toda la comunidad negra de Estados Unidos.
Le tocó vivir un momento histórico bastante difícil para las personas de color. La comunidad negra no podía comer, caminar, bañarse… en los mismos lugares que lo hacían los blancos, si lo hacían era “delito”. Y lo más brutal, no podían ni sentarse en los autobuses si un blanco iba ahí.
Martin logró entender su momento histórico, pero más que eso logró comprender qué debía hacer él como cristiano en ese momento histórico. Y eso es en primer lugar algo que deberíamos aprender para nosotros en el aquí y ahora. Nuestra lucha ya no es contra el racismo, pero sí contra otras cosas como el machismo -incluso el machismo religioso-, los diferentes tipos de violencia -sobre todo la violencia que se genera desde las pandillas juveniles-, el gran abismo que hay entre ricos y pobres -que cada vez es mayor, y mientras los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres-… en fin, tantos otros problemas actuales.
Lo importante es que como él, nosotros también aprendamos a leer los tiempos que nos ha tocado vivir, pero más importante aún que aprendamos a discernir cuál es nuestro rol como cristianos en medio de estos problemas sociales.
King fue de alguna manera influenciado por el legado de Mahatma Ghandi quien inspiraba la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, y también fue motivado en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau, que lo llevó a salirse de las cuatro paredes de su iglesia local y promover marchas masivas- hasta de doscientas cincuenta mil personas- que exigían la igualdad entre negros y blancos. Exigían una política contra el segregacionismo en las escuelas y el problema del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
A través de esto Martin nos enseñó que servir a Dios no es solo adentro de la iglesia local, es servir afuera, allá donde la gente necesita esperanza. Y algo que es importante notar es que King no estaba luchando ni organizando marchas, ni pronunciándose solo a favor de los negros cristianos, él luchaba por la igualdad de los seres humanos que fueran creyentes y no creyentes. Y a eso nos ha llamado Dios, a luchar para que se respeten los derechos de las personas sean creyentes o no. Sean santos o pecadores. Sean fieles a la sana doctrina o sean herejes.
Por último, es de mencionar que constantemente King era objeto de amenazas de muerte, y que finalmente todas esas amenazas se hicieron realidad cuando, según historiadores, fue asesinado por James Earl Ray el 4 de abrl de 1968. No obstante a esas amenazas, él siguió sin parar en su lucha por la justicia.
Y como es lógico, todo aquel que se mete al ring de las luchas sociales se enfrentará a la misma muerte, King fue derrotado por la muerte, pero su legado y su lucha por la justicia ganaron por “Knock out”. Como cristianos es muy probable que al lanzarnos también al ring seamos perseguidos e incluso en el peor de los casos hasta asesinados, pero eso es algo que ya no importa cuando estamos comprometidos con la justicia.
Jesús dijo: “Bienaveturados cuando sean perseguidos por causa de la justicia… así fueron perseguidos y asesinados los profetas que los antecedieron a ustedes…”
Martin Luther King nos ha dejado un gran legado que no podemos ignorar. Hay que retomarlo desde nuestro momento histórico y traer la esperanza del Reino de Dios a nuestros pueblos que sufren de muchas injusticias.
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