Les comparto esta entrevista que hice para Pax Noticias
En teoría la iglesia evangélica predica en contra de todo el pecado, que como consecuencia lleva a la muerte y a la separación de Dios eternamente. Pero... ¿la práctica de la iglesia nos mostrará otra cosa? ¿Será que habrá algún pecado que se tolera? Según Gerardo Campos, pastor evangélico que trabaja en uno de los municipios más violentos de El Salvador, sí hay un pecado que se tolera. Y es justamente ese pecado el que provoca las convulsiones sociales que mantienen al país inmerso en la violencia.
- Foto DEM
Al salvadoreño promedio ya no le sorprende la cantidad de homicidios, sí le provocan traumas pero ya no le asombran. Quizá porque todos los días se cometen y porque los grandes medios de comunicación los destacan más que otras noticias. Para alguien del País Vasco, donde el 2013 cerró con solamente 15 asesinatos, sí le parece algo escalofriante que en El Salvador hubo 2,490 muertes violentas. Y esto sin mencionar que es una cantidad histórica porque desde los acuerdos de Paz que le pusieron fin al conflicto armado, en 1992, no se ha registrado una reducción de homicidios tan significativa como esta.
Sin embargo, homicidios de evangélicos en los primeros días del 2014 sí han sorprendido a la población. Un tiroteo registrado el sábado 4 de enero dejó a dos hermanos muertos tras ser heridos de bala en un bus de la ruta 38 que se dirigía a un culto de jóvenes en Misión Cristiana Elim. Según la Fiscalía General de la República (FGR) el autobús fue ametrallado por pandilleros del barrio 18. Las víctimas respondían a los nombres de Margarita G. de 15 años de edad y Cristian G. de 17. De Margarita, personas cercanas a ella nos dijeron: “era lidereza de niños y con gran amor servía en la iglesia”.
Este caso sorprendió a la población porque las víctimas eran parte de iglesias evangélicas del país. No obstante, casos similares se dan a diario, pero no en contra de evangélicos.
Esto abre una nueva coyuntura en torno a la violencia, y por eso Pax Noticias quiso conocer la opinión de uno de los pastores que trabaja en Apopa, municipio considerado como uno de los más violentos del país.
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El pastor Gerardo Campos, de Misión Cristiana Elim, lleva trabajando en ese municipio de San Salvador más de una década. Platicamos con él luego de lo sucedido para profundizar en el tema de la violencia en relación a la iglesia.
Pastor Gerardo ¿cómo ve usted, después de lo que sucedió, que han reaccionado los jóvenes y señoritas que asisten a Elim desde Apopa?
Hay un temor que es normal, es propio de estar en una situación de la que se es una víctima directa, en el caso de aquellos que iban en el autobús. Porque hubo balazos que perforaron la unidad del transporte...
Esta es una pregunta de respuesta obvia, pero igual... ¿los padres de los jóvenes y señoritas que asisten a la iglesia tienen temor?
Siempre. Aunque los jóvenes que está comprometidos con el servicio que prestan en la iglesia, vienen. Los padres temen por ellos, pero estoy pensando en uno en particular que no viene, solo la mamá. La situación es un trauma que lo sufren todos, no solo los que viajaban en el autobús. Dios mediante que en el tiempo se vaya comprendiendo que esto sucede en el contexto de la guerra de pandillas y no como un ataque deliberado hacia Elim. El problema es que, si entiendo que hay indicaciones para respetar a la iglesia evangélica, pudiera ser que haya nuevos integrantes en las pandillas que no las conocen.
Hay que tener cuidado, hay que esperar que las aguas bajen sobre lo sucedido y decidir venir a la iglesia cuando ya las cosas estén más claras. Pero todo esto se ha dado en esta lamentable guerra de pandillas y que, según entiendo, se ha dado una ruptura de la tregua. Sino no se tuviera esta batalla campal.
¿Por qué cree que se dio esa ruptura de la tregua entre pandillas?
Por el egoísmo. Yo creo que la tregua no es tan simple como algunos políticos la han conceptuado. No es tan solo “ya no vamos asesinarnos” y se acabó. Sino que era el inicio de un proceso que obligaba, o llamaba a toda la sociedad a ser actores de esto. Las iglesias, el gobierno, pero también la empresa privada. Entonces si actores sociales no estuvieron de acuerdo… pues ahí ¿cómo se iba a lograr algo? Porque se iba a entretejer a través de la integración del aporte, de la comprensión de todos estos actores sociales. El problema es el egoísmo y no tener una visión de unidad del país. El problema son los intereses particulares, políticos, económicos que no permiten sumar al esfuerzo. Entiendo que es por eso que ha fallado la tregua. Porque sola, con un acuerdo, a través de los acompañantes era un cese al fuego solamente por un tiempo. El pastor Mario vega ya lo había dicho que si no se acompañaba y no se configuraba, no se aportaban las otras piezas que formarían el cuadro completo. Era una cuenta regresiva a esto que lamentablemente ha ocurrido.
Cuando habla de intereses políticos... ¿Se refiere a qué?
A veces pienso que esto podría tener una intención diabólica política para que alguien se muestre como salvador de esta situación y entonces el pueblo angustiado y desesperado diga “bueno, él está prometiendo que esto va a cambiar” como que al llegar al poder las pandillas y maras van a desaparecer. No es así, es un proceso que se tiene que trabajar con mucha paciencia, perseverancia y sumando esfuerzos.
Es bien subjetivo lo que estoy diciendo, pero esta desesperación puede ser el objetivo de algunos al permitirla y no hacer nada. O incentivarla indirectamente a través de lo que ellos ofrecen.
¿Qué debería exigir la iglesia evangélica a los candidatos a la presidencia de El Salvador?
Lo importante es no caer en la trampa de los ofrecimientos fantásticos que algunos que prometen que si ellos ganan las elecciones, las cosas automáticamente cambiarán. Esa es una mentira y es un poco indignante el que jueguen con la inocencia de la población que cree en esas soluciones fantásticas pero que son irreales. Yo creo que el pueblo evangélico es inteligente y tiene la sabiduría de Dios, y sino pues pidámosla que Dios la da, como lo dice la Biblia.
Entonces debemos buscar cuáles son los contenidos de los proyectos y las propuestas de los candidatos. Entender que los orígenes de esta problemática de violencia, pero que no se quiere entender, viene desde el momento en que no se empodera a la gente pobre dándole oportunidades sino que se margina y excluye. La exclusión combinada con los estilos de vida foráneos que se presenta a través de los medios de comunicación a los jóvenes, que le dicen que la vida es “tener para ser”, detona la violencia, porque hay una frustración que hace que los jóvenes busquen la manera de tener cosas. Para tenerlas deben tener dinero y recurren a la violencia.
Entonces ¿esta violencia se desprende de una violencia institucionalizada?
Sí, del pecado social. Sería de que el pueblo evangélico no se deje llevar por colores, música ni spots publicitarios. Sino seguir aquellos espacios donde hay una presentación de los candidatos y sus propuestas. Y votar por aquel que muestre la inclusión para combatir la injusticia. Aquel programa que muestre justicia y retribución, es por el que se debe votar.
El problema que yo veo de la iglesia evangélica es que se tiene una visión limitada de la vida cristiana, es muy cultica y nos desconectamos de la realidad. Vivimos una intermitencia en la vida. Que somos fervientes evangélicos en los momentos de oración y culto, en los momentos de evangelización pero hay grandes vacíos en el diario vivir.
¿Están haciendo daño esas liturgias, con profunda raíz, en la iglesia evangélica? ¿Se ignora entonces ese pecado social por atender las liturgias?
Sí, porque ya alguien decía, que a partir del dato del 2008 que en el país había un 38.4% de evangélicos en el país, quizá ya para el 2014 hay un 40% ¿Pero seguidores de Jesús? ¿Cuántos? Estamos atrapados en las prácticas litúrgicas manipuladas por los líderes evangélicos. Estos pastores para nada son referentes de la juventud...
Hablando de referentes, en el año 2013 fue publicado el informe del PNUD que revela que uno de los grandes problemas de la violencia es que los niños no ven como referentes a sus maestros sino a los pandilleros, ellos quieren ser pandilleros ¿la iglesia tampoco estará preocupada por ser referentes?
No. Es que los pastores solo despiertan emociones, se enfocan solamente en el centro de la circunferencia de la obra salvadora de Dios que es la redención eterna. Pero esa circunferencia abarca también una salvación social en la que debemos participar como evangélicos. Yo creo que la iglesia debe enseñar los valores del Reino de Dios y vivirlos. Y que contrastan con los anti valores que están ahí. Hay que desaprender esos valores que desde niños adquirimos por donde crecimos y estudiamos, por referentes que tuvimos… y hacer una contra cultura. La iglesia evangélica no está haciendo una contracultura. Gracias a Dios sí hay sectores que han entendido que se deben vivir los verdaderos valores del Reino, porque solamente así vamos a caminar hacia la salvación social.
Pastor, para ir aterrizando en esta conversación ¿Qué significa hacer una labor pastoral en Apopa?
No se trata de ser reactivos, se trata de entender nuestro papel de amar. De buscar a las víctimas. El problema es también que los pandilleros son vistos como victimarios y reaccionamos con temor. Los evangélicos podrían decir “cuidado, estoy en peligro, mejor que mi ministerio se lleve a cabo en otro lugar”. Pero ahí estamos viendo como victimarios a esas personas. Y sí lo son, y hay leyes que los juzgan y deben asumir las consecuencias. Pero también hay que verlos como víctimas y anteponer el amor a comprender que, como ya lo dijimos, son el resultado de prácticas de gobiernos que vienen desde los acuerdos de paz que no se enfocaron en el verdadero problema que detonó el conflicto armado, el problema sigue porque hay exclusión y pobreza. Lo único es que se ha maquillado el problema de todo este tiempo, entonces se trata de amar para ejercer la labor pastoral. Es comprender cómo ellos se originaron, ver la otra cara de la moneda y comprender qué vivieron en su niñez, cuánto sufrimiento y violencia vivieron, que los llevó a convertirse en lo que ahora son, que aterrorizan a la población. Y esta población, cuando los ve como victimarios solamente, los condena y pide que se quemen y maten y desaparezcan.
Hay que ser como Jesús dijo: “Que lance la piedra el que esté libre de pecado”. Porque detrás de la condición de victimario, también está la condición de víctima. Es que la iglesia evangélica tiene que atacar el pecado social que ha producido lo que hoy tenemos.
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