Perdido en sí mismo, en su mundo... parece intimidante, malo y agresivo, pero no lo es. Es solo un huele pega, apestoso sí, pero es solo eso... ¡Un huele pega!
Esta mañana venía en un autobús y justo en el asiento de mi lado venía un huele pega, mal oliente y con aspecto de indigente. Venía sumergido en su mundo cuando repentinamente el motorista paró el bus y le gritó al huele pega:
-"Bajate... y si no te bajas yo te bajaré"
El hombre parecía no entender y se quedó sin mover un tan solo músculo. Entonces el motorista lo tomó por el cuello y lo tiró al piso del bus. El hombre indefenso no se pudo levantar. Miré a sus ojos y me metí en sus huesos...
Me vi yo mismo en su piel y tuve compasión.
El motorista lo levantó y lo tiró nuevamente, pero está vez hasta afuera del bus por la puerta trasera... el hombre quedó pasmado y medio parado logró decir:
-"Soy huele pega, pero soy bueno"
Me quebró el corazón y casi lloré. Ahora me arrepiento de estar escribiendo esto y no haberme bajado a ayudarlo... aunque sea a llevarlo a algún lugar donde pudiera rehabilitarse.
0 comentarios:
Publicar un comentario