sábado, 23 de agosto de 2014

Nayib Bukele y las matemáticas

Por Carlos Díaz Clavel

Mucha gente que sale de nuestras escuelas en el país o que aún la cursa, en más de alguna ocasión se ha preguntado para qué le servirán todos esos conocimientos o datos con los cuales se le trata de llenar el cerebro.

 Independientemente de la forma en que se les enseña a nuestros alumnos en el sistema nacional, que en la gran mayoría de veces es tradicional, pesada y sin sentido para el estudiante, es cierto que lo que se trata de formar son ciudadanos con los conocimientos mínimos necesarios para su desenvolvimiento social, y por eso precisamente es que se llama educación “básica”, es decir, lo mínimo que debería aprender una persona, la cultura general que debería saber todo ciudadano. 

Y aunque muchos no lo crean, el no saber alguno de esos conocimientos básicos necesarios puede resultar trágico, fatal, a tal grado que puede cometer decisiones que afectan toda su vida, individual y colectivamente. 

Y hay algo que todavía menos personas lo creen, que la falta de conocimientos mínimos necesarios de matemática también le puede afectar su futuro, y no entender muchos de los sucesos o realidades de su entorno, lo que conducirá a pésimas interpretaciones y malentendidos, con lo cual esas personas se vuelven fácilmente manipulables para ciertos grupos de poder, político o económico.

Es bastante común encontrar personas que por no saber casi nada de la historia de nuestro país a la hora de defender su posición política escriben unos argumentos bastante deficientes o sin fundamento, como creer que la exguerrilla del FMLN fue un grupo de locos dogmáticos que salieron de la “nada” y por su resentimiento crearon una guerra civil, o creer que las pandillas son un grupo de bandas criminales que surgieron hace poquitos años cuando el FMLN comenzaba a gobernar, olvidándose de la violencia estructural que siempre ha imperado desde los tiempos de la colonia y que había practicado el Estado contra los pobres, campesinos, disidentes políticos, sindicatos, grupos indígenas, violaciones graves a los derechos humanos y libertades políticas y ciudadanas, represión armada, masacres de militares contra civiles, estudiantes, sacerdotes, campesinos, y que razones como esas desencadenaron una guerra civil de 12 años, que obligó a mucha gente a emigrar a Gringolandia, que a pesar que de ser un gobierno “amigo” de nosotros, nos deportó a varios compatriotas en los años 1990, quienes nos exportaron la cultura de las bandas callejeras delincuenciales, y que al no recibir la atención necesaria por parte de los gobiernos areneros, dejaron que el problema fuera creciendo, y fortificándose por sus fracasadas manos duras y super manoduras, etc. 

Por no saber ni entender todo eso, hay mucha gente que le atribuye ingenuamente el origen de eso al gobierno actual. O creer que nuestros actuales problemas de pobreza, desempleo y bajo crecimiento económico son pura “incompetencia” del gobierno actual, olvidando que cuyas causas estructurales se sentaron en los 20 años de ARENA con sus políticas neoliberales, destructoras del agro, privatizaciones, corrupción astronómica ($35 mil millones), dolarización, impuestos regresivos como el IVA, TLC, fuga de capitales, etc. que han dejado “cuto” al gobierno actual, quien no tiene más opción que la política fiscal para hacer despegar la economía.

 O creer que un país llamado Irán fue el que lanzó las dos bombas nucleares en Japón y que Estados Unidos solo ha mandado flores y ayuda humanitaria a todo el mundo y que con sus invasiones solo “defiende la democracia y los derechos humanos”. 

O creer que Israel es la nación “escogida por Dios” basándose en argumentos religiosos bíblicos muy escuetos, olvidando el trasfondo geopolítico que está detrás de toda esa maquinaria genocida del gobierno sionista, que forma parte del plan de Estados Unidos y el Reino Unido, controlador las familias banqueras de los Rotschild, Rockefeller y sus socios, para tener el control total de Oriente Medio y su tesoro más preciado, el petróleo, derribando a regímenes indeseables como Siria e Irán, de tal manera que no exista un contrapeso a la maquinaria genocida sionista. 

En resumidas cuentas, no saber nada de Ciencias Sociales ni de historia, que deberíamos aprender todos en la escuela, puede conducir a interpretaciones erráticas de la realidad actual y lo peor de todo, elegir y apoyar a los mismos políticos y grupos de poder que marcaron de por vida nuestra existencia para mal. Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla.

La persona que no tomó en serio las enseñanzas que le brindaban en la asignatura de lenguaje & literatura, donde los maestros intetaban, aunque sea de forma equivocada, enseñar y cultivar a leer obras literarias y encontrar el mensaje y la intención del autor. Aparte de tener una ortografía deficiente y que puede dar hasta lástima, una persona que no sepa nada del lenguaje, la literatura, la retórica, la crítica literaria y textual, será alguien que no logre entender el motivo de la comunicación escrita, televisiva o visual. 

Cualquier mentira, media verdad, exageración o tergiversación es percibido en su subconsciente como si se tratara de la verdad absoluta, la poca o nula capacidad crítica le hará presa fácil de aquellos que utilizan los medios de comunicación para mantener su pasividad, apatía, enajenación de la realidad, adormecimiento perpetuo, tragarse cualquier desinformación que llegue a su cerebro, una mente bancaria, un recipiente que no filtra, que solo deja pasar. 

Es evidente que ningún medio de comunicación tiene objetividad, y siempre lleva una intención oculta, y en el caso de más del 80% de la prensa escrita, en los canales de televisión más ricos y con mayor audiencia, y en gran parte del espectro radiofónico, es precisamente dar una imagen muy negativa del actual gobierno y de todos aquellos que amenacen los privilegios de cierta casta oligárquica. 

No en vano todos los canales de televisión comerciales de derecha están actualmente en una campaña para despotricar contra el proceso de licitación de subastas, leyes que en el pasado se beneficiaron de ellas y defendieron a capa y espada, pero que ahora tratan de disfrazarlo con una “defensa de la libertad de expresión y el juego limpio” contra la “asignación turbia de canales”, que no nos vean la cara de idiotas, lo hacen sencillamente por una razón: El ganador de la subastas es un magnate mexicano con señales de televisión en toda Latinoamérica muy poderoso, una seria amenaza para ellos porque podría arrebatarles gran cantidad de audiencia por su larga experiencia y recursos. Una persona sin pensamiento crítico, fácilmente se convierte en presa de mensajes manipulados como el ejemplo anterior.

Nayib Bukele

Y si ya te alarmaste amigo lector por el peligro de no haber adquirido las competencias necesarias en Ciencias Sociales y Lenguaje & Literatura, las matemáticas tampoco deben ser menospreciadas. La noticia de la semana, la candidatura de Nayib Bukele para la alcaldía de San Salvador, ha despertado una gran alarma al interior del partido ARENA por la tremenda posibilidad de perder la alcaldía de San Salvador, y en vistas que Bukele cuenta con un gran apoyo popular entre los jóvenes, tanto entre izquierdistas y hasta derechistas, lo cual se refleja en las redes sociales con sus cientos de miles de seguidores, haciéndolo el personaje público más seguido en facebook y twitter. 

Es evidente que existe poco o casi nada cuestionable atribuible a Bukele, por su excelente gestión en la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, cuyo lema “el dinero alcanza cuando nadie roba” resume lo todo en gran parte, por tanto los argumentos para descalificarlo rayan en lo absurdo, lo ridículo y lo poco fundamentado, como que él “está muy jovencito”, que gasta más en publicidad que en la gente, así como decir que Nuevo Cuscatlán es un municipio “pequeño” en comparación a San Salvador, con poquita población y un presupuesto anual reducido y que por eso “le ha sido muy fácil gobernar ese municipio”.

Ante estas críticas ridículas contra su persona, Nayib Bukele recurre a un argumento matemático para destrozarlas, al aplicar de manera audaz una regla de tres: San Salvador tiene un área de alrededor de 75 kilómetros cuadrados, una población estimada para 2014 de aproximadamente 350,000 personas y un presupuesto anual de $86 millones, mientras que Nuevo Cuscatlán tiene 15 kilómetros cuadrados y solo 11,000 habitantes. 

En términos absolutos, San Salvador supera con creces a Nuevo Cuscatlán y cualquiera pensaría que es más complejo administrarlo, pero en términos relativos, es decir, en proporción, es más difícil administrar Nuevo Cuscatlán con ese presupuesto que actualmente recibe, porque si San Salvador tiene 350 mil habitantes, un presupuesto de $86 millones, y por tanto, una renta per cápita de $245 por cada habitante, Nuevo Cuscatlán para mantener esa misma cantidad de dinero por cada persona, necesitaría un presupuesto de $2,7 millones, pero en la realidad recibe menos que eso, casi $2 millones, con lo cual cada hay $181 por cada habitante. 

Como podemos ver, en teoría, hay más dinero en San Salvador para ayudar a la gente y asumir grandes proyectos, sin embargo, la triste realidad es que la alcaldía de San Salvador ha manejado durante 5 años más de $500 millones en presupuesto, más las donaciones, y no se ven nada de beneficios para la población, ni mejoras estructurales como en seguridad, ordenamiento vial, apenas se le ha entregado a la población unos 3 milloncitos de dólares en limpiar parquesitos, rellenar baches en calles, instalar focos y arbolitos en avenidas, en reprimir violentamente a vendedores, la gente No ha recibido salud de calidad, ni becas universitarias completas para estudiantes, tampoco canasta básica alimentaria para adultos mayores, menos seguridad para sus ciudadanos, ni espacios públicos ganados.

 Por el contrario, han aumentado los impuestos municipales, la alcaldía le debe millonadas a ANDA, son frecuentes las pugnas entre trabajadores y el alcalde, pero sí ha habido dinero para comprar camionetas blindadas, gastar más de un millar en publicidad, etc. Una completa burla para los capitalinos. 

Todo lo que no se ha hecho en San Salvador, se ha logrado en Nuevo Cuscatlán con un presupuesto absoluta y proporcionalmente inferior. Sin embargo, el argumento matemático de Bukele no es muy entendido por muchas personas que son unas completas analfabetas en matemática, todo por detestarla cuando estaban en la escuela, aunque también se lo achaco a los malos maestros tradicionalistas que tubieron.

No es la primera vez que las matemáticas son manipuladas para engañar a la población. Es frecuente ver encuestas que dan como ganador a cierto partido político y la diferencia con respecto a su adversario la convierten de pequeña en abismal, mostrando solo la parte superior de la gráfica de barras, dando la ilusión de que la ventaja es “muy grande”. 

También ver como “tanques de pensamiento” económico, como FUSADES, para despotricar contra el gobierno de Funes por el bajo crecimiento económico obtuvieron el promedio de crecimiento tomando en cuenta el año 2009, donde la economía se contrajo el -3%, único año en que decreció la economía y que no puede ser atribuible a Funes, porque el presupuesto ya estaba aprobado desde antes y era casi nada lo que él podía hacer en el corto plazo.

 O ver como los areneros le mienten a la población al decir que los gobiernos del FMLN han “aumentado” el déficit fiscal, cuando en realidad lo que muestran es el déficit fiscal acumulado, y no el del último año (que sí se logró reducir), es como si yo me endeudo para comprar un televisor plasma y que después de haber pagado esa deuda todavía me la sumen a la deuda que pueda tener actualmente, no tiene sentido eso, no refleja mi situación actual.

El mensaje que te dejo amigo lector es bien claro, esfuérzate por aprender los conocimientos y habilidades GENERALES y BÁSICAS que todo ciudadano graduado de educación básica y media debería poseer, tanto de ciencias sociales, de ciencias naturales, de lenguaje & literatura, y por supuesto, de Matemática. De lo contrario, vamos a ser presas fáciles de aquellos que hacen un uso de la desinformación con fines de manipular la opinión de nosotros a su conveniencia e intereses.

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