miércoles, 6 de agosto de 2014

¿Diálogos imposibles?

Tras las reformas fiscales recientemente aprobadas en la Asamblea Legislativa, mi amigo Carlos Díaz Clavel reflexionó sobre las jornadas de "diálogos" que hubo previamente entre el gobierno y la empresa privada. Comparto el texto íntegro, así como me lo envió.

Foto/Presidencia de la República








Por Carlos Díaz Clavel

Hace unos de días, la gran mayoría de nuestro país, es decir, la gente de bajos y medianos ingresos, obtuvimos una victoria en la Asamblea Legislativa, y es que como todos ya sabemos, terminaban casi 3 de meses diálogos, o al menos, intentos de diálogos de nuestro gobierno con los grupos empresariales y demás sectores en nuestra sociedad a quienes también les incumbe el tema de las reformas fiscales.

Hay que decirlo, este tema es muy espinoso, al ser humano por naturaleza no le gusta escuchar la palabra “impuesto” por lo que es muy susceptible a ser manipulado por ciertos medios de tal manera que podría destruir políticamente (o mejor dicho, electoralmente) la imagen del partido o de los diputados que se muestren a favor de ellas. Y esa fue la razón fundamental, a mi juicio, por la que el partido de gobierno, el FMLN, no obtenía los apoyos necesarios para una mayor recaudación y continuar los programas sociales y de asistencia a la producción; Sin embargo, este miércoles el partido GANA dio un paso valiente y demostró que no está al servicio de ciertos grupos empresariales, demostró realmente que son una nueva derecha social, lo cual lo dejó bien plasmado su diputado Guillermo Gallegos: “La recaudación es para que haya salud, educación, seguridad y sobre todo un bienestar general no sólo para unos cuantos”, “"El interés de GANA es que el gobierno salga bien, porque es un gobierno de todos".

Las reacciones en torno a este nuevo paquete de reformas han sido de lo más variadas, comenzando por aquellos que manifiestan un rechazo rotundo tanto a la forma en cómo se aprobó como también a las reformas en sí mismas, luego con personalidades y organizaciones que reconocen que el gobierno necesita mayor recaudación para continuar con sus operaciones y los programas sociales, pero lamentando la forma en cómo se aprobaron las reformas, ya que, a su juicio, solo refleja el cáncer que caracteriza a nuestra sociedad el cual consiste en la falta de consensos, la cultura autoritaria e impositiva y la prevalescencia de intereses mutuamente excluyentes; y por último, aquellos que estaban abogando por las reformas urgentemente, por el problema estructural de caja, sin menospreciar el diálogo, como el propio gobierno del FMLN.

En la misma mañana del jueves, la Prensa Gráfica publicaba unas declaraciones mordaces y tajantes del dirigente empresarial de la ANEP, Jorge Daboub, manifestando que “Ayer nos dormimos con un El Salvador con pocas posibilidades, hoy amanecemos en un país peor”, y no solo eso, también amenazando con interponer una demanda de inconstitucionalidad ante la muy polémica Sala de lo Constitucional. Y secundando esta opinión, ARENA declaraba que las reformas son un “atentado contra el pueblo salvadoreño”, calificándolas hasta de “nefastas” y exigen al presidente que las vete. Hay que aclarar que estos mismos individuos habían pasado los casi 3 meses oponiéndose a estas reformas, a pesar que el gobierno a través del ministro de Hacienda les aclaraba las condiciones, detalles, implicaciones e impactos de la reforma, con lo cual ARENA simplemente hacía caso omiso y en cualquier espacio declaraba mentiras, tergiversaciones y medias verdades, como las que hacia su representante en las comisiones, Rafael Lemus, diciendo en la entrevista de Nacho Castillo que las reformas “afectarán a todas las empresas, sin importar que sean micros, pequeñas, medianas y grandes, y sin importar si estas producían o no”, lo cual era totalmente falso según el anteproyecto. Tal era la negativa de estos grupos que incluso la ANEP comenzó lazando una campaña de miedo publicitaria, lo mismo ARENA, que incluso el día de la votación se retira del palacio legislativo de manera prepotente diciendo que “que no vamos a participar de este asesinato de la economía” secundado por diputados del PCN, algunos de la desecha fracción de Unidos por El Salvador, el CD y el decadente PDC de Parker, y por supuesto, los grandes periódicos impresos, LPG, DEM y EDH. Tal es el nivel de descaro de este último que incluso pública la lista de diputados que votaron por la reforma, con una intención claramente política.

Pero también estaban personalidades importantes que estaban a favor de las reformas, pero lamentaron la falta de diálogo y su consecuente “madrugón” en la Asamblea. Tal es el caso de analistas y periodistas como el mismo empresario Murray Meza, Juan José Martell, Hector Dada Hirezi, Kirio Waldo Salgado, Carlos Dada, Hector Silva Ávalos y el Fondo Monetario Internacional. FMI. Reconocen necesidad urgente del gobierno para continuar con sus operaciones y programas sociales, pero sus expectativas eran mucho más altas, lograr una reforma fiscal que tuviera más carácter de un pacto fiscal, donde gobierno y contribuyentes más capacitados acuerdan montos de los tributos y todos se comprometen a pagar. Evidentemente, comparto ese punto de vista que en nuestro país seguimos estando muy divididos y polarizados, en donde se impone la postura unilateral de cierto grupo, en ocasiones para bien de la mayorías (como se pretende que sea en este caso), como a favor de pequeños grupos empresariales (tal como fue en el pasado con la aprobación de la dolarización, liberalización de precios y tasas bancarias, privatizaciones, supresión de impuestos progresivos, como el del patrimonio, y creación de impuestos más regresivos, como el IVA, que después se aumentó y aplicado a más sectores como granos básicos y medicinas).

El diálogo, o mejor dicho, intento de diálogo.
Sobre este último punto, Juan José Martell exponía en la hasta hace poco incuestionable entrevista de Ernesto López, que “…para empezar un diálogo yo debo de asumir que la otra parte también está en el buen deseo de dialogar y no irnos por los extremos, como pensar que la oligarquía solo busca ganancias y beneficios para sí mismas… Debo creer que pueden haber intereses mutuos”. Esa afirmación parase bastante idealista y no garantiza resultados, porque los hechos ocurridos recientemente lo han demostrado. El director ejecutivo de FUNDE, Roberto Rubio, argumentó que el proceso de aprobar reformas o leyes "de madrugón" complicará el proceso de diálogo que se trata de entablar entre el sector privado y el gobierno, debido a que no es un acto de confianza y que además se trata de un mecanismo que no da seguridad jurídica al país. Donato Vaquerano, diputado arenero, después de retirarse de la sesión plenaria, expresó que el partido GANA y FMLN “violentaron el proceso interno al aprobar reformas que no habían sido discutidas en la comisión de Hacienda… Nosotros no vamos a votar por reformas que no conocemos”, argumentando además un supuesto trueque entre FMLN y GANA: reformas fiscales a cambio de Corte de Cuentas, lo cual puede interpretarse como que no lograron conseguir que apoyaran al candidato que ellos mismo querían. Y para finalizar, la cabeza de ANEP, Jorge Daboub declaró: “No hemos tenido por supuesto la oportunidad de evaluar a fondo. Te puedo garantizar que si hay algo que consideremos inconstitucionalidad, te garantizo que vamos a meter una inconstitucionalidad. No puede ser que se esté legislando con los ojos cerrados hacia la población y hacia lo que de verdad necesita el país”.

Ahora bien, extraña bastante la postura de tales dirigentes asumiendo una completa ignorancia, evitando mencionar por supuesto los casi tres meses de diálogos y consultas que ha tenido el gobierno con los empresarios y con los diputados a través de la Comisión de Hacienda, en donde el ministro Carlos Cáceres se desgastaba físicamente hablando hasta la saciedad para explicar cada uno de los detalles, dudas, implicaciones, observaciones de la reformas propuestas; mientras los areneros al no poder encontrar más fallas, porque todas se las aclaraba el ministro, simplemente repetían ante los medios las mismas fallas que ya les habían aclarado. Con todo y eso, las reformas finalmente aprobadas perdieron muchos dientes a comparación del anteproyecto original, por ejemplo, no se incluyó la propuesta de gravar con un 1% los bienes inmuebles improductivos (casas, mansiones de lujo, ranchos, cabañas, etc) valoradas en más de $350,000, mientras en el impuesto a las transacciones bancarias, al principio el piso era de $750 en adelante, pero ahora será de $1,000 en adelante. Pese a tales modificaciones, que le hicieron perder fuerza a las reformas y menos recaudación al gobierno, todavía siguieron siendo una maldición para ARENA y las gremiales empresariales, una negativa que no se podía explicar más que solamente como un deseo perverso por parte de ellos para entorpecer la gestión del gobierno del FMLN y no ceder parte de las multimillonarias ganancias que reciben sus financistas. Curioso era también que mientras se oponían a las reformas propuestas por el gobierno, en la espalda tenían escondido el puñal: incrementar el IVA, reducir gastos, que por cierto nunca han tenido la molestia de precisar, quizás proponen lo que Norman Quijano (que también aumentó los impuestos municipales, sin condena de nadie, hasta en un 200%, usando argumentos similares al gobierno) dijo en su momento: “los uniformes escolares son un despilfarro”, o como dicen ciertos personajes más radicales: “esos programas sociales son solo populismo barato que no saca de la pobreza a nadie, clientelismo político”. Ante tales imprecisiones, no queda más que teorizar sobre cuáles son esos gastos a los que se refieren, pero no es difícil saber para dónde apuntan.

Pero lo que ha quedado muy claro, ha sido la enorme dificultad para conciliar con esos grupos, y ante la enorme urgencia para conseguir más dinero y suplir las necesidades crecientes de cada año, el FMLN no tuvo otra opción que optar por la unilateralidad. Si bien los “madrugones” tienen una connotación negativa, lo cual admito que así es, por haber partes que se niegan a ceder; pero ante situaciones urgentes para paliar problemas de caja y no dejar desamparada a la gente más necesitada, que en estos momentos necesita crédito para enfrentar la sequía y ancianos que necesitan sus pensiones universales, y personas clamando por más presencia policial, se debe dar un paso arriesgado, pero valiente y que el pueblo sepa reconocer.

Repercusiones
Las reformas ya están aprobadas, y se teme una ofensiva por parte de la derecha que defiende los intereses oligárquicos, así también de su maquinaria propagandística, que ya está empezando a funcionar. Ya empezamos vacaciones, un tiempo en donde supuestamente deberían olvidarse las coyunturas de la vida diaria, los medios impresos siguen insistiendo en las “consecuencias para la economía”, para muestra un ejemplo, portadas de La Prensa Gráfica del jueves, viernes y sábado: “FMLN-GANA crean nuevos impuestos”, “Amplia condena por paquete fiscal”, “Impuestos aumentarán los precios”. La intención es clara, hacer que la gente no se olvide de los impuestos, quiénes los aprobaron y qué supuestas consecuencias generarán.

Y no solo eso, los rumores y amenazas de trasladar esos impuestos a los consumidores han empezado a ser más latentes: “Aquellos impuestos se terminarán traduciendo en incremento de costos para las empresas y obviamente que ese incremento de costo significa dos cosas: que los empresarios asuman una reducción en las utilidades o se incrementa precio para el consumidor… Al final como dicen que ese impuesto lo van a pagar los bancos, los bancos lo van a trasladar a través de las tasas de interés (de los préstamos), y al subir la tasa de interés por muy poquito que sea” (Rigoberto Monge, ASI). “Los impuestos siempre se convierten en parte de los costos, y los costos de cualquier proceso de producción se trasladan a los precios que pagan el público” (Luis Cardenal, ASI).

Ante la cercanía de las elecciones de ahora en adelante, se avecina un panorama muy difícil para que puedan continuar estos esfuerzos de diálogo, y el lenguaje confrontativo puede resucitar y volver a una reminiscencia de la situación que vivmos a inicios de este año. Como ciudadanos seamos atentos y denunciemos todos los abusos que se presenten en la Defensoría del Consumidor, un grupito no tiene porque usar el chantaje para disuadirnos toda la vida. Pero bien, preferiría hacer lo que dijo Martell, no irme al extremo y creer que la otra parte tiene deseos de dialogar e intereses comunes… No hay nada que perder con intentarlo de nuevo.

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