sábado, 31 de mayo de 2014

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Sobre el conflicto de Funes con los empresarios, ¿con todos los empresarios?

Carlos Díaz Clavel es uno de mis amigos irreverentes que le gusta escribir sobre política, y me parece bastante acertado lo que nos plantea en este artículo, muy sustentado con argumentos de peso... ¡que lo disfruten!

Foto/Transparencia Activa

A solo unas horas de que el presidente Mauricio Funes abandone el cargo para su traspaso al presidente entrante Salvador Sáchez Cerén, se han dicho una serie de medias verdades, mentiras, y hasta exageraciones. Y una de ellas es la supuesta confrontación del presidente Funes con los empresarios. Para empezar, esa afirmación por un lado es media verdad y por el otro es una total exageración ridícula.

Se habla que la administración Funes fue hostil y confrontativa con los empresarios, pero lo que no se dice es que esos tales “empresarios” en realidad son solo un pequeña minoría en nuestro país, y desgraciadamente, al mismo tiempo, son los más pudientes y los que acumulan la mayor parte del PIB salvadoreño. Resulta que ese minúsculo grupo no supera siquiera el 5% de todo el empresariado nacional. Cuando se habla de empresarios, normalmente nos viene a la mente gente dueña de grandes almacenes, supermercados, fábricas, grandes industrias, grandes propiedades, miles de empleados contratados, gente de renombre, gente con grades ganancias, etc. Esa noción de empresario tan reducida es la que provoca todos estos malos entendidos. Ese tipo de empresarios, repito, no superan ni el 5% de todos los empresarios en el país. Veamos lo que dicen las estadísticas:

En El Salvador existen aproximadamente 112,967 empresarios, de los cuales 93, 778 constituyen los pequeños empresarios, es decir, personas que cuentan con medios de producción propios y que emplean a menos de 10 personas. Ahora bien, están también los medianos empresarios, quienes los que emplean entre 26 y 100 personas, y suman 19,189. Y por último, está el grupo de los empresarios más ricos, con mayor patrimonio, con mayores medios de producción, con un número mayor a 100 empleados, con más utilidades, pero que solamente constituyen una minoría, es decir, apenas suman 5, 986 empresarios (Cesar Villalona, “Qué es el capitalismo”, 2009, elaboraciones propias citando la EHPM y el VII Censo Económico)

Como podemos ver, decir que Funes ha sido muy confrontativo con los “empresarios” no es nada más que caer en una simpleza y exageración bastante burda y llena de tinte ideológico. No podemos negar que si hubo una confrontación abierta, pero no fue con todos los empresarios, solamente con uno minoría que estaba acostumbrada a utilizar el aparato estatal durante 20 años, en los cuales se daban grandes licitaciones multimillonarias, una cadena de favores y prebendas, una evasión y elusión fiscal bastante brutal (que hasta el día de ahora continua, razón por la cual tales cúpulas empresariales se oponen ferozmente a las nuevas reformas fiscales que plantea el ejecutivo, aun siendo irrelevantes), una serie de bochornosos casos de peculado y enriquecimiento ilícito, del cual el caso Flores es solo un caso simbólico, una serie de fideicomisos que se hacían para favorecer empresas que ni siquiera reunían los requisitos mínimos para la generación de empleos y cuyos dueños entraban en conflicto de intereses con funcionarios de ese momento, etc. Un daño cuantificado en más de $37,000,000,000 de dólares! (Salvador Arias, “Manual de la Corrupción de ARENA”, 2013)

Tal como dicen varios analistas, entre ellos Dagoberto Gutiérrez, Kirio Waldo Salgado y Roberto Cañas, este presidente marcó una gran diferencia con los anteriores, nunca antes habíamos visto uno que no se le doblara ante los intereses de las cúpulas empresariales, alguien que ha tenido el valor de denunciar grandes casos de corrupción (en total se denunciaron más de 160 casos de corrupción de administraciones anteriores).

Muchas personas asumen una posición de sumo respeto a estos “empresarios” ya que en el imaginario de ellos solo los empresarios grandes son los que generan la mayor cantidad de empleos en El Salvador, tal afirmación no es cierta; Sin embargo, el tipo de empresarios al cuál se reducen, es decir, los empresarios grandes, no siempre significa que aporten muchos empleos cuando crecen sus ganancias, no toda inversión genera empleos. Para muestra un botón: Durante la administración de Flores y Saca juntos, el nivel de empleos creado apenas superó los 60,000, una  cifra que constituye la mitad del número de empleos que se han generado en la administración Funes, que fue de 117,000 (según cálculos del ISSS, que reportan mayor número de afiliados). Y curiosamente los años en que gobernaban el tristemente célebre Flores y Saca tuvieron mayor crecimiento económico que los que han tenido los de Funes, pero ese crecimiento no se reflejaba en una reducción de la pobreza (Saca terminó con 43%), tampoco en un aumento del empleo, como ya notamos anteriormente. ¿Por qué esa paradoja? La razón es sencillamente que un crecimiento económico no necesariamente significa mayor empleo, pero si siempre significa aumento de las ganancias y mayor acumulación de la riqueza en pocas manos, de hecho, el grupo oligárquico con el que Funes mantuvo confrontación acumula $20,000,000,000, ¡Eso equivale a más de la mitad del PIB nacional y a 4 veces el presupuesto general de la nación 2014! (de ahí el nombre de G-20).

Ese sector que nos ha mantenido en un serio retraso es el mismo que confrontó con Funes, son los mismo que no toleran una competencia como ALBA y mantienen sendos monopolios en muchos rubros de la economía. La verdad, al ver la actitud intolerante contra ALBA (un un grupo de empresas que han venido a crear nuevos sectores productivos, que es lo que realmente necesita nuestro país, generar productividad y no ser dependientes de las inversiones de empresarios cuyo único interés es en aumentar capital y reinvertirlo en el extranjero, porque el mercado interno está muy deprimido), entrando en contradicción con sus mismos principios que dicen defender como la libre competencia y la libertad de empresa, me pongo a pensar que de haber continuado ARENA en el poder, no hubieran permitido que otras personas pudieran superarse y montar sus propias empresas porque les podrían amenazar sus negocios y su monopolio. Hay muchos casos de salvadoreños migrantes hacia Estados Unidos que allá se han superado y formado sus propias empresas, algo que aquí raramente hubiera ocurrido por la misma actitud intolerante de estos “empresarios” a los que Funes valientemente confrontó.

Por todas estas razones, Funes debería considerarse un héroe, por confrontar a las élites  empresariales que han mantenido en retraso en nuestro país, y no es de extrañarse que lo que hizo ARENA-ANEP en 20 años, Funes ha tratado de revertirlo, y con este ejemplo englobo todo lo que he expresado: ARENA destruyó el aparato productivo de nuestro país y lo convirtió en una economía de servicios altamente dependientes de las remesas y las importaciones, una economía consumista y poco productiva (añoro esos tiempos donde éramos el tercer productor mundial de café), mientras que Funes ha venido a darle una reactivación al agro y a los cultivos, a tal grado que ahora somos autosuficientes e incluso podemos exportar. (http://www.elblog.com/noticias/el-salvador-logra-cosecha-record-de-maiz.html)

Funes vino a reactivar el tejido productivo nacional, mientras las élites empresariales insisten en proteger sus negocios de importación, eliminar la competencia, recuperar sus antiguos privilegios y tratar de que tú y yo amigo o amiga seamos sus peones toda nuestra vida (mientras les seamos útiles y no nos desechen como botellas de plástico de gaseosa).

Gracias por todo señor Funes, si bien el país aun no ha cambiado estructuralmente, ha sentado las bases para continuar el cambio, en este caso, el cambio productivo.

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Carlos Díaz Clavel

Joven zimpatizante y comprometido con los cambios sociales teniendo como fin la igualdad y equidad. Acostumbrado a lanzar bombas desde la trinchera y espacio que ofrecen las redes sociales, y en esta oportunidad, los blogs. Listo para demostrar irreverencia, vale mucho la pena.

Interesado en escribir sobre las coyunturas políticas actuales de nuestro país y el mundo.

Twitter @CarlosDazClavel

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