Por Xenia Barrera*
Así lo dice la Biblia: “¡Que la mujer calle!”.
“No te pongas pantalones, la mujer no debe vestir ropa de varón, ponete faldas eso le agrada al Señor… ¡Uy no, pero esa falda no, es muy corta!”.
“Aprende a ser una buena ama de casa, tu marido quiere una mujer virtuosa”.
“Así que quieres ser pastora, que lastima que aunque seas la mejor teóloga del mundo, en nuestra iglesia solo pueden haber pastores”.
Esas y muchas otras, son las frases favoritas del patriarcado que predomina en nuestras congregaciones. “¿Pero que hay de violencia en esas frases si así lo dice la Biblia?”, preguntaran algunos o algunas, y hasta es posible que ya tengan la Biblia en mano para buscar los versículos que de hecho lo respaldan. Sin embargo, esos versículos sacados de contexto serán tema para otro articulo, que espero muy pronto compartirles.
Bien y entonces, ¿Qué violencia se manifiesta en esas frases?, hay un tipo de violencia que es sutil, y aunque es callada muchas mujeres la sufren día a día, es más, la mayoría ni siquiera sabe que es violencia porque las cosas han sido así desde siempre, y ya están resignadas a que así es su vida, su vida de mujer. Hablo de la violencia psico-emocional.
La violencia psico-emocional se manifiesta en agresiones verbales, ataques al autoestima (denotaciones que es tonta, que solo sirve para servicios domésticos y para criar niños), insultos, chantaje, manipulación, exclusión entre otras.
En nuestras congregaciones es muy común encontrar mujeres deprimidas, culpables, sin sueños propios, relegadas a solamente ejercer servicios domésticos, excluidas de todas las decisiones importantes; mujeres que desperdician su talento, reprimen sus emociones, sus deseos, sus anhelos, desperdician su vida, no porque ellas quieran, sino porque supuestamente: “Así lo dice la Biblia”.
¿Qué la mujer calle? ¡Pfff! Como nos piden que callemos, cuando tenemos mucho que decir, así como la mujer samaritana en Juan 4, cuando después de su encuentro con Jesús no pudo callar y fue a contar, inmediatamente, a sus vecinos que Jesús era el Mesías. ¿Jesús mando callar a la mujer? No, y créanme que si esa hubiera sido su voluntad lo hubiera hecho. Y es que en el Reino de Dios, el cual Jesús vino a instaurar, hombres y mujeres, tenemos las mismas oportunidades, los mismos derechos, el mismo valor. ¡Por eso y más amo el Reino!
Así mismo, otras formas de abuso y represión se dan contra la mujer en nombre de Dios, pero es tiempo que entendamos que no es la voluntad de Dios ese tipo de desigualdad en nuestras iglesias.
Sería utópico querer dar una solución para erradicar ese tipo de violencia, que como ya mencione antes, es sutil, no se ve o ya es aceptada como normal, lo que si puedo recomendar a todas mis amigas que leen, es que se informen sobre sus derechos (sociales, políticos y por supuesto, religiosos). Una mujer informada sobre sus derechos, sabrá reclamar el cumplimiento de estos, y no será indiferente cuando se le estén violentando.
¡No más violencia contra la mujer en nuestras congregaciones! ¡Somos libres de decidir nuestro futuro! ¡Somos tan inteligentes como los hombres! ¡Tenemos mucho que decir!
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Cristiana, estudiante de idiomas, comprometida con la causa del Reino de Dios y su justicia, amante de los libros, el relajo santo y las bromas. Me aburre lo tradicional, dedicaré mi vida por ver cambios estructurales en favor de las mujeres en El Salvador, y ahora en el blog de Un Tal Ezequiel resulta que seré irreverente.
Twitter @xeniabarrera
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