jueves, 27 de marzo de 2014

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Una aproximación al aspecto físico de Jesús

Imagen de la BBC
La imagen de un Jesús con rasgos europeos en la que tiene pelo castaño claro, media melena, delgado, con barba y sobre todo de tez clara, es falsa y nada coherente con los judíos. Es más, tener esa imagen mental acerca de Jesús ya es un síntoma de que se nos ha inculcado el racismo de manera subliminal, pues pensar que Jesús era de piel clara y ojos azules es sinónimo de decir que él era hermoso y que no pensamos que Jesús, siendo moreno, podía también ser hermoso.

Como en el tiempo de Jesús todavía no existían las fotografías no se tiene una imagen clara del aspecto físico de Jesús, cosa que ha dado pie a que los artistas desde Velázquez hasta Rembrandt nos presenten a un Jesús con piel de porcelana, totalmente distinto a lo que alguien de origen semita era. Con la industria del cine ni se diga, la imagen que nos vendieron de Jesús es exactamente opuesta a la de nuestro Señor.

La verdad es que, basados en la generalidad de los judíos, Jesús no era tan alto, su piel era morena quemada por el furioso sol de esa región, nariz ancha, mandíbula recia, arcos de las cejas y pómulos prominentes.

Allá por el año 2001 la BBC presentó una serie titulada: "El Hijo de Dios" en la que explicaba a través de técnicas modernas forenses cómo se ha recreado el rostro de Jesús a partir del cráneo de un hombre judío del siglo primero, y muestra unas facciones fuertes en claro contraste con las delicadas imágenes de nuestros clásicos, tal y como ya describí en el párrafo anterior.

Entonces... ¿Por qué nos han hecho creer que Jesús era blanco y de ojos azules?

Por el racismo.
El racismo es una de las muchas expresiones de discriminación entre los seres humanos. Se basa en la creencia de que hay razas superiores, más inteligentes, más capaces, entendiendo por “raza” la apariencia externa, el color de la piel, los rasgos del rostro. Naturalmente, por la hegemonía y el poder que en el mundo tiene la cultura occidental, la cultura europea, la cultura blanca y por la influencia de los productos culturales occidentales y estadounidenses, el racismo determina que lo oscuro, lo moreno, lo negro es inferior. Tras los horrores de siglos de esclavitud está el racismo. Tras los horrores de las cámaras de gas durante el nazismo está el racismo y la perversa búsqueda de una “raza pura”.

La palabra "RAZA" en realidad es una expresión equivocada de clasificar a las personas. Lo cierto es que todas las personas por el hecho de ser humanos somos una sola raz; con distintos aspectos y rasgos, pero al fin somos la misma raza. En otra ocasión nos encantaría platicar el por qué somos diferentes unos de otros, ya que aquí surge la interrogante: ¿Por qué somos tan distintos si al final todos descendemos de Adán y Eva?... ¿No les parece interesante esta pregunta? ¿Será que realmente no descendemos de ellos?

Volviendo a nuestro asunto, el presentarnos a un Jesús con rasgos anglosajones nos introduce la idea que Cristo es igual a ellos y que consecuentemente su "raza" es superior... cosa que no es así, para Dios todos somos iguales.

Jesús decidió nacer entre los campesinos de piel morena, gente de clase pobre y anduvo entre ellos para demostrar que para él sí son importantes. Tan importantes que se identificó con ellos y fue como ellos.

Esto nos deja una gran lección. Como jóvenes nos encanta sentirnos superiores al copiar las modas anglosajonas, porque pensamos que ellos sí son la mejor "raza" del planeta, olvidando que para Jesús eran mucho más importante los morenos excluidos, marginados y explotados. 


Y no se trata solo de sentir compasión por ellos, se trata de actuar, de hacer algo para liberarlos de su pobreza, marginalidad, analfabetismo... porque servir a ellos es servir al mismísimo Dios.

Por cierto, qué contento me siento saber que ¡JESÚS ERA MORENO COMO YO! 


Ezequiel Barrera

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