En el día internacional de la mujer
Además de ser inaceptable que la sociedad discrimine a la mujer trabajadora del sexo, también es inaceptable que se insulte a los demás diciéndoles "hijo de puta".
La expresión pretende ser lo peor que alguien le dice a otro. Porque como a las putas se les ve mal, decir que tu madre es una puta es decir que ella es lo peor, y que el ofendido es producto de una mujer vulgar.
En el lenguaje popular, la frase "hijo de puta" es tan común que por todo se menciona:
En la cancha
—¡Árbitro hijo de puta!
Si tu profesor te reprueba…
— ¡Ese ignorante es un hijo de…!
Si tu padre abandonó a tu madre…
—¡Yo no soy hijo de ese hijo de…!
Si el novio te dejó plantada en la puerta de la iglesia…
—No me hablen de ese hijo de la gran…
Si tu amigo te traicionó…
—No soy más amigo de ese hijo de…
Y así, la frase se usa en todo denigrando a la mujer. Pero ¡Ya basta!
Ya basta de discriminar a las mujeres trabajadoras del sexo y de insultar a los demás diciendo que su madre es una puta.
Las mujeres trabajadoras del sexo no son pecadoras, ni menos. Son mujeres que la sociedad marginó y que las ha entregado a un sistema que las explota sexualmente.
Esas mujeres no tienen que arrepentirse de sus pecados, es la sociedad la que debe arrepentirse y procurar que no haya más mujeres explotadas sexualmente. Además, debe sanar a las que ya están heridas por ese monstruo llamado prostitución.
Una forma de comenzar a trabajar por erradicar la explotación sexual, es dejar de utilizar ese frase tan mala "hijo de puta". Es mala porque denigra a la mujer, y no porque sea considerada una "mala palabra" (por cierto, las malas palabras no existen).
Como cristiano ¿qué estás haciendo por erradicar la explotación sexual? ¿Qué haría Jesús en tu lugar?


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