Ante el reciente cierre de Tutela Legal, evangélicos piden al arzobispado que explique las razones y, entre otras cosas, que se abran los procesos de diálogo entre víctimas y sus familiares y organismos defensores de los Derechos Humanos oficiales y no gubernamentales, para dar una salida al destino y preservación de los más de 50.000 expedientes de violaciones a los Derechos Humanos que están en el archivo de Tutela Legal.
Cristianos evangélicos de distintas denominaciones y asociaciones como Estudiantes Cristianos Universitarios, Casa Semillas de Nueva Creación y Cristianos por el Buen Vivir, se pronunciaron este 7 de octubre ante el reciente cierre de Tutela Legal declarando que fueron "sorprendidos, la semana pasada, por el arbitrario, sorpresivo y violento cierre de la histórica oficina de Tutela Legal del arzobispado".
En su pronunciamiento pidieron al arzobispado que explique las razones y, entre otras cosas, que se abran los procesos de diálogo entre víctimas y sus familiares, organismos defensores de los Derechos Humanos oficiales y no gubernamentales, para dar una salida al destino y preservación de los más de 50.000 expedientes de violaciones a los Derechos Humanos que están en el archivo de Tutela Legal.
Asimismo declararon unirse al pensar y sentir de las diferentes expresiones organizadas del pueblo, especialmente a las víctimas y familiares. Afirmaron que "dadas las dimensiones de más de tres décadas de acucioso trabajo investigativo para desentrañar la verdad sobre las violaciones de Derechos Humanos por el Estado y poderes fácticos del país, los archivos con miles de expedientes, la mayoría no resueltos, se vuelven un patrimonio de país, porque ahí hay información sensible de gran valor para llegar a la verdad de los hechos que nos produjeron tanto dolor como país".
Tutela Legal
El Estado salvadoreño, para la década de 1970, venía atropellando los Derechos Humanos de la población. Tanto así que para 1977 se derramó mucha sangre frente a la catedral en una masacre dada el 28 de febrero, situación que motivó a Monseñor Romero a crear la oficina de Socorro Jurídico del Arzobispado que daba a las víctimas y pobres la posibilidad de luchar contra las injusticias que las instituciones del gobierno cometían en su contra. Posteriormente al martirio de Monseñor Romero y al asumir como arzobispo Monseñor Arturo Rivera y Damas pasó a ser Tutela Legal del Arzobispado.
En esos años, Tutela Legal, fue un lugar de refugio para miles de salvadoreños víctimas de la represión deshumanizante del régimen, y desde entonces funcionaba como el mayor contrapeso a las versiones oficiales que negaron siempre las desapariciones, torturas y asesinatos extrajudiciales.
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