—Dejá de meterte en esas cosas. Que lo hagan los demás, que otros se arriesguen. Te quiero demasiado, no quiero perderte por el tipo de cosas que haces en tu pasión por la justicia y la paz— me dice, con expresión triste en su mirada clavada en mí.
(Una de las tantas pláticas con mi madre)
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