martes, 23 de julio de 2013

Ella mata a todos sus enamorados

Imagino que ya conoces al trío del mal que se hace pasar por bueno. Si no lo conoces, te lo presento.

La primera de esta trilogía que parece a simple vista buena pero que en realidad es mala, es la astuta "iglesiolatría".

"Iglesiolatría" se encarga -de manera vehemente- de generar en los cristianos una absurda idolatría por adorar la iglesia y no al Señor de la iglesia. Su objetivo es estrechar contra su seno -con sus brazos fuertes y acogedores- a todos los que encuentra sentados en las sillas de una congregación.  

Muchos -atormentados por jamás haber sido abrazados- se dejan manosear. Cuando han sido hechizados por el amor de "iglesiolatría", que en realidad es un amor sinuoso -que esconde su verdadero interés- comienzan a mostrar una pasión malsana por congregarse tanto como pueden e involucrarse en todo lo que es posible -e imposible también- con tal de no desamorar a su querida "iglesiolatría".

Ella les convence -con besos dulces en los labios y caricias en el cabello- que no hay nada mejor que estar siempre en la iglesia. Les dice con voz sensual, de esa que solo se utiliza para susurrar al oído con cariño y pasión desbordante:

-Si me amas, dejarás todo por estar acá siempre-.

Todo el que la escucha queda anonado y sin otra opción más que ceder a su petición. Dejan todo, absolutamente todo por ella. Ya no vale la familia, el trabajo, los estudios ni la diversión... todo se resume en una acalorada relación sentimental con "iglesiolatría".

A ella le encanta que sus enamorados estén pendientes hasta del último y más oscuro recoveco de la congregación, ella sonríe y manifiesta su placer al desplazar a Dios de la vida de los cristianos.

El final de todos sus enamorados es una tragedia de dimensiones inconcebibles, peor que las griegas. Sus enamorados terminan ahogados en tanta actividad de la congregación, asfixia por tanta reunión, cansados y fatigados por tanta vigilia, ayuno y oración.

Pero lo más triste de todo es que sus familias mueren por falta de atención. Sus estudios truncados porque "iglesiolatría" les hizo pensar que estar en la congregación es más santo que estudiar. Quedan desempleados porque la congregación les exige mucho tiempo y deben escaparse por complacer a esa dama cruel -"iglesiolatría"-.

¡Que triste y fatal final! 
¡No se puede tener una historia de amor con "iglesiolatría y a la vez tener un final feliz!

¿Estarás tú también en los brazos fuertes, envolventes y apasionados de "iglesiolatría"?

Ezequiel Barrera

1 comentario:

  1. Buenaaaa!! :D me parece interesante :3 Bendiciones Ezequiel :D

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