El 9 de mayo, pero de 1994, un nuevo sol salió para los sudafricanos. Resulta que ese día ganó Nelson Mandela la presidencia de ese país que históricamente había sido gobernado por corruptos y racistas.
En ese país reinaba el racismo y además un gran abismo entre ricos y pobres. Todos los oprimidos pudieron haber renegado toda la eternidad y quedarse ahí, pero escogieron otro camino. El de luchar, el de levantarse y exigir los derechos... el de participar en política y generar cambios en beneficio de las mayorías.
Uno de los muchos jóvenes que abrazaron la lucha fue Nelson Mandela. Pero vale mencionar que esta lucha fue inspirada por la admiración a Ghandi. Y éste a su vez admiraba a Jesús de Nazareth.
Como es lógico, esta lucha fue sin armas y sin violencia. Fue con el pensamiento y la palabra. Fue una utopía que lograron concretar en la presidencia de Mandela, pues desde su gobierno se gestaron importantes cambios para esa nación. Cambios que necesitaban para vivir en una sociedad más justa.
Y eso es lo que debemos hacer los cristianos en nuestros países. Si queremos que las cosas cambien y que se puedan resolver los problemas estructurales que nos oprimen, ¡Debemos meter las narices en la política!
Pasar de la oración acomodada para ser alcaldes, diputados y presidentes de la República. Dios no necesita mucha gente que ore en sus iglesias por un país sin violencia, ¡Dios necesita gente que se levante para que sean funcionarios públicos!
Dios te necesita a ti en el gobierno del país. Necesita que promuevas los valores de su Reino. Necesita que dejes de orar tanto y te levantes a generar los cambios que tu sociedad necesita.
Y claro, por la causa de la justicia, la paz y la verdad, seguramente puedes arriesgar "tu pellejo"... pero que más da, si quieres servir a Dios y a tu país no importa ser perseguidos. Jesús lo dijo, que por causa de él y la justicia seremos perseguidos. (Mateo 5)
Descubre más de la vida de Mandela en http://www.mandeladay.com/
0 comentarios:
Publicar un comentario